Una tasación inmobiliaria es un proceso que consiste en estimar el valor de mercado de una propiedad, basándose en diferentes factores y métodos. Las etapas de una tasación inmobiliaria son las siguientes:
Inspección de la propiedad: El tasador visita la propiedad y evalúa su estado, tamaño, ubicación y características especiales.
Recopilación de datos: El tasador recoge información sobre la propiedad, como su superficie, antigüedad, uso, documentación legal, etc.
Análisis del mercado: El tasador investiga el mercado inmobiliario local, identificando la oferta y demanda de propiedades similares, así como las tendencias económicas y políticas que puedan afectar al valor.
Selección de comparables: El tasador selecciona propiedades similares que se hayan vendido recientemente en la misma zona, y que sirvan como referencia para comparar con la propiedad a tasar.
Ajuste de comparables: El tasador aplica ajustes a los valores de las propiedades comparables, según las diferencias que existan con la propiedad a tasar, como la calidad, el estado, la ubicación, etc.
Método de valoración de la propiedad: El tasador elige el método más adecuado para valorar la propiedad, según su tipo y uso. Los métodos más comunes son el de comparación de mercado, el de costos y el de ingresos.
Estimación del valor: El tasador calcula el valor de la propiedad, aplicando el método elegido y los ajustes correspondientes, y obteniendo un rango de valores posibles.
Informe de tasación: El tasador elabora un informe detallado que incluye todos los datos, análisis, cálculos y conclusiones de la tasación, así como las fuentes de información utilizadas.
Escribir comentario